miércoles, 12 de marzo de 2014

El hogar de los Wesley - El padre de Juan y Carlos Wesley

Samuel Wesley
EL PADRE DE JUAN Y CARLOS WESLEY

Samuel Wesley fue predicador en el pueblecito de Epworth, en la iglesia anglicana. Anteriormente había vivido en diferentes lugares; pero, en Epworth fue dónde Juan y Carlos se criaron. Samuel fue un hombre de disciplina y celo, regularmente estuvo bien firme en sus propias opiniones. Esta situación le provocó persecuciones y problemas que bien pudieron ser evitados, si se hubiere ocupado en la humildad. Con todo, las persecuciones que sufrió la familia prepararon a los hijos para las mismas, pues las sufrieron en el futuro. Y, el ejemplo paciente de su padre en los sufrimientos fortaleció a los hijos también.

Un rasgo que él y su esposa tenían en común fue la tenacidad en cuanto a no echar por tierra sus convicciones; y parece ser que los hijos heredaron lo mismo. Los dos valoraron el orden en su forma de vida; y así mismo fueron conocidos los hijos, por sus vidas ordenadas. Estudiando el hogar de los Wesley, se nota que la tenacidad de los padres a veces les causó problemas, pues cualquier pareja dogmática que viva junta tendrá diferencias entre sí. Pero, a pesar de esto, no desistiendo en nada, la madre se dio a la tarea de criar a sus hijos y a manejar la casa de Samuel.

Samuel fue autor y pastor, y a consecuencia de las frecuentes visitas que hacía, estuvo muy ocupado. Pues fue compasivo, se dio a conocer por sus numerosas visitas a las cárceles. Pagó los costos de su educación universitaria, viviendo felizmente en la pobreza a razón de esto.

También, fue poeta, escribió poesía y prosa en el transcurso de su vida. Ninguna de sus obras perduró, pero algunos de sus hijos recibieron el mismo don; y Carlos sobresalió en éste, escribiendo miles de canciones. Sin duda el talento de Carlos fue inspirado al ver a su papá trabajando hora tras hora en sus propias obras. Oh, ¡la sabiduría de Dios, es inescrutable!

Parece ser que Samuel tuvo sueños y visiones que quería llevar a cabo, pero no pudo realizarlos. Concibió el plan de mandar misioneros a China, India y a todos los territorios británicos, ofreciendo que él y su familia se irían para guiar la obra.

Quizás debe considerarse a Samuel como un profeta en cierto sentido. En sus últimos días profetizó acerca del surgimiento de un avivamiento, diciéndoles a sus hijos: —Ustedes lo verán, pero yo no.

Para concluir, debo añadir lo siguiente: Samuel no era un padre de primera clase. Sin embargo, su hogar fue conocido por doquier como uno de los más piadosos de su tiempo. Sin duda que él ayudó a tal reputación.

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